El Apóstol
Pablo menciona en sus cartas varios misterios: El
misterio de la Piedad (grande) 1 Timoteo 3:16, el
misterio de Cristo Colosenses 1:26,27, el misterio del
matrimonio (grande) Efesios 5:31,32, el misterio de la
fe 1 Timoteo 3:9 y el misterio de iniquidad 2 Tes. 2:7
Los dos
grandes misterios muy significantes, el de la Piedad y
el del Matrimonio, son grandes pues entraña la unión de
Dios con su Esposa, que redimió limpiándola en el
lavacro del agua. Encontró Dios a la pobre y desprovista
mujer, amándola aun siendo pecadora y esclava de la
muerte, sujeta durante toda su vida al miedo de estar
separada para siempre de la fuente de vida. Amó tanto a
la esclava, que pagó el precio de su rescate poniendo su
propia sangre incomparable, esta era la única forma y
manera de poner en libertad a la cautiva.
Es grande el
misterio del Matrimonio, pues el Esposo siempre fue
divino y la esposa llegó por el Esposo a poseer la misma
divinidad; y mientras exista el Dios divino, existirá la
Esposa hecha divina por la obra absoluta del Espíritu
Santo, quien efectuó este matrimonio excelso y
celestial.
El
Matrimonio celestial-espiritual, se manifiesta cuando se
une la Esposa con el Señor Espíritu. 2 Cor. 3:17 Porque
el Señor es el Espíritu; y donde hay el Espíritu del
Señor, allí hay libertad. 1 Cor. 6:17 Empero el que se
junta con el Señor, un espíritu es. 1 Cor. 12:3 “…Nadie
puede llamar a Jesús Señor, sino por Espíritu Santo.
Así como Eva
es creada por Jesucristo de una costilla de Adam, así
Cristo hecho carne (el gran misterio), al ser abierto su
costado con la lanza, brota la sangre que compra a la
esclava haciéndola de su propiedad. Notemos que tanto
el Esposo como la Esposa, ambos pendían de la cruz. Para
que la Esposa pudiera completar la ceremonia, tenía que
morir con el Esposo, para horas después resucitar ambos
unidos para siempre, sin posibilidad de divorcio,
fallecimiento futuro o ser despedida y repudiada como
solía suceder en el antiguo pacto.
La cabeza y
el cuerpo, ambos componen una absoluta y completa
unidad. Efesios 1:20-23 Para siempre. Un cuerpo sin
cabeza no sobrevive, una cabeza sin cuerpo si viviera,
sería el fenómeno más terrible jamás visto por un ser
creado. Imposible vivir separados. “Lo que unió Dios, no
lo separe el hombre.” Mateo 19:6 No te dejes separar,
aunque tengas defectos, sigues siendo la Esposa de Aquel
que es tu Cabeza. Gloria a Dios. (2 Cor. 5:14-17) El
murió y la Esposa de igual manera. El resucitó, la
Esposa de igual manera Efesios 1:16-23, 2:1-6
No se muere
dos veces, no se resucita dos veces.
El misterio
de iniquidad en el hijo de perdición,
surge para
tratar de mantener a la la Esposa sucia, con manchas y
arrugas 2 Tes. 2:7 Esto es un misterio pero no es grande
como el de la Piedad y el Matrimonio. Este misterio
comenzó a establecerse no mucho tiempo después que
Jesucristo limpió de pecado a la destituida, separada,
alejada de Dios, de los pactos y promesas.
Para ver proféticamente
como sería y en que tiempo de la historia y
dispensación, se expiaría la iniquidad y el pecado,
tendríamos que ir al profeta Daniel, profeta levantado
por Dios unos seis siglos antes de nacer Jesús, que se
convertiría en el Cordero de Dios que quitó el pecado de
su mundo. Daniel 9:23-27 Juan 1:29
“…y
concluir el pecado, y expiar la iniquidad; y para traer
la justicia de los siglos, y sellar la visión y la
profecía, y ungir al Santo de los santos. El ungido es
Jesucristo, el concluyó el pecado en un día trayendo así
la justicia perfecta sobre sus hermanos que habíamos
estado destituidos de la gloria de Dios.
“Se
quitará la vida al Mesías, y no por sí, al final de los
últimos tres años de la vida de Jesucristo y por su
sacrificio hizo cesar el sacrificio y la ofrenda.
Hebreos 10:14 “Porque con una sola ofrenda hizo
perfectos para siempre a los santificados. (apartados
hermanos para su justificación) No es necesario volver a
sacrificar a Jesús
Heb.
6:4-6 “Imposible volver a crucificar a Jesús, él hizo
cesar el sacrificio con la ofrenda perfecta, no más
ofrenda, ni siquiera simbólica en un pedacito de pan y
un poco de jugo de uva.
Zacarías 3:9 “…y quitaré el pecado de la tierra en un
día.”
Desde
hace más de dos mil años, allá en las afueras de
Jerusalem, en el Gólgota, pendió en una cruz el Cordero
de Dios que quitó el pecado del mundo. El mundo de Juan
3:16 es por el cual Dios envió a su Hijo amado para
redimir salvando a las ovejas que viviamos en
condenación con temor a la muerte por toda la vida.
Hebreos 2:14-17 Así que,por cuanto los hijos
participaron de carne y sangre, también “Jesucristo”
participó de lo mismo para dar muerte por la muerte al
que tenía el imperio de la muerte, a saber el diablo y
librar…” Romanos 8:14-17 “no más servidumbre.”
El
misterio de iniquidad aun hoy en día permanence oculto
detras de una máscara de aparente piedad pero negando la
eficacia de ella, pues mantienen el sacrificio, la
ofrenda, los pecados, la culpa, la penitencia, la
autoridad para enviar al cielo, infierno, pulgatorio,
etc.
Durante la vida del Apóstol Pablo, cuidó mucho de que
ese misterio de iniquidad no se arraigara en el seno de
la Iglesia naciente. “Impidió
Pablo hasta que fue quitado” Hechos
20:24-31, 2 Tes. 2:6 “Y ahora vosotros sabéis lo que
impide, para que a su tiempo se manifieste.” Se
manifestó a su tiempo hasta hoy.
Y hoy
qué? Lo mismo con más intensidad, pues las tinieblas son
más densas, cubriendo el misterio de iniquidad para
ocultar de los santos su verdadera posición como una
iglesia sin mancha, arruga ni cosa semejante.
Pablo
dijo: “La persecución es por la cruz de Cristo” Gál.
6:12
Vivir
perfectos con el solo sacrificio de Jesucristo, es vivir
sin relación con el pecado Hebreos 7:28 Vivimos sin
mancha ni arruga viviendo hechos justicia de Dios en
Jesucristo 2 Cor. 5:21
Cuando
así vives píamente, entonces se cumple 2 Tim. 3:12
También todos los que quieren vivir píamente en Cristo
Jesús, padecerán persecución.
Mateo
16:21-24 El trartar de evitar lo que sucedió en la cruz,
como hizo Pedro delante de Jesús, Dios te hablará:
apártate de mí Satanás porque no conoces las cosas de
Dios, sino la de los hombres (carne)
· LOS cuatro MUNDOS
El mundo
sideral
El mundo
tierra
El mundo
de los que no son
El mundo
de Dios
Juan 3:16
Porque de
tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo
unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda,
mas tenga vida eterna.
Juan
15:14-18 …el mundo os aborrece, sois mis amigos…(antes de
morir y resucitar eran amigos)
17:3-17 (6) (14) los hombres que del mundo me diste…. No
son del mundo, como tampoco yo soy del mundo, ese mundo no
es el que Dios amó
Efesios
2:1-9 ..Éramos como los demás…nos resucitó…
Ahora sus hermanos Juan
20:17
Romanos
8:29-34 predestinados, El resucitó, hermanos siempre y para
siempre.