HIJOS DE DIOS ETERNAMENTE  - Lección #22

Texto clave: " Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios." Juan 1:12

1. Hijos del diablo

Jesús se dirigió a los judíos inconversos que trataron de matarlo como hijos del enemigo. "Vosotros, de vuestro padre el diablo sois, y los deseos de vuestro padre queréis. El ha sido homicida desde el principio y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira." Juan 8:44. Todos, por naturaleza, nacemos en el reino de Satanás; nuestro pecado nos coloca bajo su dominio y señorío. Desde Adán hasta el último viviente en la tierra, nacemos bajo el control del enemigo. Juan 8:34 añade que; "todo aquel que peca esclavo es del pecado."

2. Hijos de Dios

Todos por creación somos hijos de Dios, pero la creación no salva a nadie. Este fue el motivo principal de la venida de Cristo como el Redentor; darnos libertad de las garras del enemigo. Dijo Jesús: Si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres." Juan 8:32. Esta liberación sólo se obtiene a través de los méritos de Cristo.

Por Adán y Eva entró la maldición a la tierra y todos fuimos constituidos pecadores y esclavos del diablo. Romanos 5:12-19

La promesa de la separación entre los hijos de Dios y los del diablo la encontramos en Génesis 3:15 cuando Dios reveló el misterio de la piedad. Satanás no lo sabía. La guerra comenzó cuando nacieron Caín y Abel, Satanás mató a Abel pensando que este era la simiente de la mujer, o sea el Mesías; y la lucha ha continuado desde el mismo Edén. Estos dos hijos fueron, uno del diablo y otro de Dios.

Juan nos dice: "Mirad cual amor nos ha dado el Padre que seamos llamados hijos de Dios..." 1 Juan 3:1. Este es el privilegio que pertenece a la simiente de la mujer; Cristo nos ha engendrado en su nuevo reino. A través del nuevo nacimiento, todos los redimidos formamos la familia del reino de Dios, separados, sellados, llamados, predestinados, ungidos, santificados, y salvados desde antes de fundación del mundo, Cristo nos cuenta como sus primicias y ciudadanos del nuevo reino celestial.
3. Adoptados como hijos de Dios

Todos los redimidos pertenecemos al reino de Dios y somo hijos del Altísimo por el nuevo nacimiento que el Espíritu Santo produjo en nosotros. En ese mismo proceso casi instantáneo, somos adoptados como hijos suyos. Esta palabra adopción es usada solamente por Pablo y prestada de la costumbre griega y romana, pues los judíos no la practicaban. Esto fue hecho para mostrar la inclusión de los gentiles en el reino de Dios.

La adopción es permanente e irreversible. Romanos 8:15.

El nuevo nacimiento en el reino de Dios es para siempre e irreversible. Romanos 11:29.

Somos salvos eternamente; como candidatos al cielo, ya pertenecemos a la familia de Dios; es cuestión de tiempo para que podamos gozarnos en la presencia inmediata de Dios.