ÉTICA MORAL - Lección #5

Texto clave: "Si pues coméis, o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo para honra y gloria de Dios," 1 Cor. 10:31.

1. Somos templo del Espíritu Santo

Después que el pecador ha sido rescatado y comprado por la sangre del Cordero, una nueva vida surge y con ella los buenos frutos llamados en términos sociales, ética, o comportamiento. Nos convertimos en el templo del Espíritu Santo, la presencia de Dios está con nosotros y somos entes espirituales. Así nos dice Pablo en 1 Corintios 3:16-17: "¿ No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu Santo mora en vosotros?". Por lo tanto, nuestra vida está regida por principios espirituales. Varios mandatos salen de la Palabra para mantener positiva nuestra manera de vivir:

"De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es, las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas." 2 Corintios 5:17. El viejo hombre de pecado ha sido crucificado, ahora reina el hombre nuevo dirigido y controlado por el Espíritu Santo.
"No contristéis al Espíritu Santo, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención." Efesios 4:30. Esta palabra "contristar" significa entristecer. Una conducta disipada contrista o entristece al Espíritu Santo.
"No os embriaguéis con vino en lo cual hay disolución, antes bien sed llenos del Espíritu Santo." Efesios 5:18. En las tabernas del primer siglo era costumbre, como lo es ahora, embriagarse y llenarse de vino; Pablo dice que debemos ser llenos una y otra vez del Espíritu Santo. Somos bautizados una sola vez con el Espíritu Santo, pero podemos ser llenos
muchas veces.

2. Cumpliendo la ley de Dios

"Porque no adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo así que el cumplimiento de la ley es el amor."

Romanos 13:9-10. La esencia de la ley es el amor, cuando amamos obedecemos, no hablamos de las
obras de la ley sino de las obras de la fe. Pablo lo dice en Gálatas 5:6: "Porque en Cristo Jesús ni la
circuncisión vale algo, ni la incircuncisión sino la fe que obra por amor." Estas son las obras de la fe, las que ascienden al cielo como ofrendas, que son las acciones justas de los santos.