Texto
clave: "Esto pues digo, y requiero en el Señor, que ya no andéis como
los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente." Efesios 4:17
1. Caminando en obediencia
La vida espiritual es una trayectoria de caminar en santidad y obediencia al
Señor. Hemos sido librados de las garras del enemigo, de la esclavitud de
Satanás; y ahora somos siervos del Señor. Pablo nos dice esto en Romanos
6:22. "Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de
Dios, tenéis como fruto la santificación y como fin la vida eterna." Las
buenas obras, la vida santificada, la vida sujetada a Dios, es el fruto de
la salvación. Es cuando no entendemos el fruto del evangelio que nos
apegamos a la ética como medio de nuestra salvación. Hay un cambio en la
conversión, cuando alguien ha sido tocado por el Maestro:
De pecador, a santo
De las obras de la carne, a las obras del espíritu,
De la ira, a la paciencia,
De las tinieblas, a la luz divina,
De la vanidad de la mente, a la sujeción de la voluntad,
De los vicios, a la temperancia,
De las borracheras, a una vida de abstención.
De hecho, todos estos buenos resultados de la vida
cristiana son el poder del Espíritu obrando en nosotros.
2. La senda del justo
Nos dice Proverbios 4:12: "La senda del justo es como la luz de la aurora,
que va en aumento hasta que el día es perfecto." Este proceso de
santificación toma toda la vida; siempre será imperfecto; seremos siempre
santos y pecadores a la vez, pues la santificación completa por la
obediencia no existe en la Palabra de Dios. Ya somos santos y perfectos
delante de Dios; no podemos ser perfectos dos veces. No se puede alcanzar lo
que ya hemos alcanzado en la cruz del calvario por la muerte perfecta de
Cristo Jesús.
3. Nuestro culto racional
" Así que os ruego, hermanos, por las misericordias de Dios, que presentéis
vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro
culto racional. No os conforméis a este siglo; sino transformaos por medio
de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cual sea la
buena voluntad de Dios santa y agradable." Romanos 12:1-2.
Estos dos versos de Romanos nos hablan de 3 cosas importantes en nuestro
diario vivir y devoción espiritual:
Primero, si dejo que el mundo me controle, entonces soy un conformista; por
el contrario, si permito que Dios me controle, entonces soy un
transformador.
Cuerpo, mente y voluntad juegan un papel muy importante en la vida
cristiana. La mente debe controlar el cuerpo; así siempre lo dice la
Escritura.
La voluntad debe controlar la mente. Como dijera el Señor la noche antes de
ser entregado: " Empero no se haga mi voluntad sino la tuya."
4. Los ojos en el Señor
En Hebreos 12:1-3, el autor de esta carta nos da varias pautas para mantener
sujeta nuestra voluntad a la divina:
Dejar el peso del pecado,
Poner los ojos en Jesús el autor
de nuestra salvación,
Reducir el pensamiento a Cristo.
Textos adicionales:
Sujetar la carne. 1 Corintios
9:24-27,
No hacer caso a la carne y sus
deseos.
Romanos 14:11,
No dando lugar al diablo. Efesios
4:27.
5. Siendo discípulos de Cristo
"Así pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no
puede ser mi discípulo." Lucas 14:33. En nuestra nueva relación con Dios hay
metas que alcanzar. La vida cristiana es una vida de renunciación, de
entregas, de sacrificios, de privaciones, de menos complacencia al yo y
obediencia al Señor.
Comenzando digo en la carne: "todo de mí y nada de ti".
Después puedo decir: "mucho de mí y un poco de ti".
Con el tiempo brotan de mis labios: "poco de mí y mucho de ti".
Para finalmente decir: "Todo de ti y nada de mí". |