LA APOSTASÍA PROFETIZADA - Lección #17

Texto clave: "Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la verdad, escuchando a espíritus engañadores y a doctrina de demonios." 1 Timoteo 4:1

1. Apostasía predicha

Esta palabra apostasía (apostathV) significa apartarse de la verdad, negar el evangelio. Fue predicha por Jesús y los apóstoles. Y desde el mismo comienzo de la iglesia cristiana han surgido maestros del error y la mentira, como seguirán surgiendo en nuestros últimos días. Estos postreros días que menciona Pablo en el verso citado arriba, comenzaron en el primer siglo. Debemos recordar que el error es coraza sobre la conciencia y venda sobre los ojos.

2. Identificando la apostasía

Si seguimos la Palabra de Dios, ella se encargará de darnos la pauta para identificar la apostasía en nuestra propia congregación:

Apartarse de la fe de Jesús. Gálatas 2:14-16. Pedro se estaba apartando de la fe de Jesús, pero gracias a la reprensión de Pablo el apóstol hermano regresó a la pureza del evangelio.

Caer de la gracia. Gálatas 5:4. Este texto nos habla de aquellos que no entienden ni comprenden el evangelio; han recibido la Palabra con gozo, pero no comprenden las bases de su salvación. Si alguien se aparta y apostata de la verdad, entonces podemos deducir que no fue llamado a recibir la revelación del evangelio.

Escuchando a espíritus de error. 1 Timoteo 4:1. Junto al camino de la verdad yace la senda del error. El plan maestro del diablo es engañar, si le fuere posible, aún a los escogidos; tratará de hacerlo, pero Dios no se lo permitirá.

No edificar sobre el fundamento apostólico. Gálatas 2:20. Pablo siempre hace énfasis que debemos edificar nuestra vida espiritual sobre el fundamento que ya ha sido establecido. Mezclar la cruz del calvario con cualquier otra doctrina es apostatar de la verdad.

3. Seguros contra la apostasía

Por nuestra propia cuenta seríamos víctimas de las artimañas del diablo. El es demasiado sabio y sutil para entrampar a quien quiera. Pero gracias a Dios el cielo ha colocado una muralla de protección contra los engaños del enemigo: " Y haré con ellos pacto eterno, que no me volveré atrás de hacerles bien, y pondré mi temor en el corazón de ellos, para que no se aparten de mi." Jeremías 32:40. En esta promesa divina estamos seguros contra cualquier engaño del enemigo.